El primer modo de aprender: Observar III

Para mí, el cambio de estaciones es un drama emocionante e inacabable, cuya acción transcurre a través de las yemas de mis dedos. A veces mi corazón estalla por ver todas esas cosas. Si yo puedo obtener tanto placer con mis manos, cuánta más belleza me sería revelada por mis ojos..."

Y entonces dice que le gustaría tener sus ojos sanos por tres días, tres días para ver.

Nuestros hijos tienen por delante años para ver: tratemos de que la realidad no pase por delante de ellos sin que noten su riqueza y variedad. Pero para conseguir niños observadores tendremos que serlo nosotros también. Así el niño descubrirá el placer de estar atento, la importancia dé andar con todos los sentidos alerta, abiertos a los infinitos colores, a la diversidad de las formas, a la diferencia de sonoridades, a los olores, a los gustos, al suave movimiento con que cae una hoja, a la expresión de los ojos de la abuela, a la fuerza de un obrero, a la habilidad de un artesano, a la velocidad de un vehículo.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos a convertirse en observadores atentos? o mejor, ¿qué hacer para convertirnos junto con nuestros hijos en observadores atentos?

¿Dónde observar? ¿Cuándo? En todos lados y en todos los momentos: jugar al que ve más lejos, al que oye sonidos más suaves, al que descubre seres más pequeños. En la cocina y en el fondo de casa, en la feria y en la tienda, en el parque y en el programa de televisión, en la cancha de fútbol y en el plato de comida: observar siempre.

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