El primer modo de aprender: Observar V

Pasamos a un tercer elemento de la observación: memo-rizar. La memoria inteligente no es la repetición mecánica de palabras incomprensibles, sino la que nos permite evocar aquello que se debía recordar.

Si salimos, saber dónde pusimos la llave de casa es un ejemplo de recuerdo necesario. Por eso ponemos cuidado en grabarnos ese acto. Pero si cuando la vamos a buscar en el lugar habitual no la encontramos, comienza el trabajo de evocar, de rehacer mentalmente los momentos en que la tuvimos en las manos o la vimos por última vez y de reconstruir esos episodios: qué estábamos haciendo, qué teníamos en las manos, que ropa llevábamos, con quién estábamos.

Resumimos: para observar activamente el niño necesita hacer, atender, memorizar. Agregamos otro elemento: comunicarse. Cuando asistimos con otro a un hecho, la comunicación enriquece la observación. Por eso es importante hablar con los niños para que capten nuestras expresiones y emitan las suyas y tomar también las palabras como motivos de observación: hay palabras que muestran en sí mismas su significado, como pocilio, ternero, sombrero, puerto, descubrir, bolsillo, tablado, etc.; hay palabras que quieren decir lo mismo que otras o algo muy parecido: lindo, bonito; astro, estrella; ruidoso, sonoro; etc. Hay palabras que expresan conceptos opuestos como liso y áspero; fuerte y débil; pasajero y duradero (y acá vemos qué llena de significado está la palabra pasajero), etc.; hay palabras que engloban objetos de distintas clases: mueble sirve para mesa, ropero, sillón, etc., herramienta sirve para martillo, tenaza, serrucho...

Las palabras nos sirven para ajustar nuestro pensamiento e inclusive para reconocer los distintos puntos de vista con que puede percibirse la misma situación: ¿cómo ve los objetos un jugador de basquetbol que mide más de dos metros?, ¿cómo los ve una anciana chiquitita?; ¿cómo ve una fiesta el que cumple años?, ¿y un invitado?, ¿cómo ve un accidente el automoviüsta, el peatón atropellado, el policía, el médico?, ¿cómo ven un partido de fútbol los aficionados a un cuadro o al otro?, ¿cómo vieron la batalla de Las Piedras los artiguistas?, ¿y los españoles?

Dijimos que el primer modo de aprender es observar. Porque observar nos permite describir un hecho o una situación, y describir objetivamente es el cimiento del conocimiento verdadero.

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